Bienvenida o bienvenido a mi blog.

Mi deseo es crear un espacio donde poder transmitir mi amor por las esencias florales, base de mi trabajo en terapia y compartir algo que en realidad se ha convertido en mi forma de ver y sentir la vida.

Quiero compartir mis experiencias, conclusiones y reflexiones del día a día.
Me encantaría que si te apetece, aportes todo aquello que te parezca interesante, que debatas, que preguntes, que cuestiones, que juntos podamos seguir creando un espacio vivo, que las esencias florales y el legado que el Dr. Bach nos regaló, siga expandiéndose y cada vez llegue a más personas. Que cada vez seamos más quienes nos beneficiemos de la magia de las flores, que vayamos más allá de la simple toma de remedios florales y seamos capaces de comprender e integrar en nosotros que somos energía, que somos parte de la naturaleza, que sencillamente SOMOS, SOMOS, SOMOS.

Que en nosotros está la magia del cambio. Que somos los únicos responsables de lo que nos da la vida. Que tenemos poder. Que tenemos los recursos necesarios para conectar con nosotros mismos.

Podemos crear, podemos compartir, podemos sentir, podemos amar.
Podemos quedarnos donde estamos y hacerlo conscientemente.
Podemos decidir no hacer nada. Podemos decidir no decidir.

También podemos volar

29 de marzo de 2010

hoy me detengo a mimarme un poco


Hoy me detengo a mimarme un poco. A cuidarme por dentro y por fuera.
Hoy he decidido estar conmigo, con lo que soy, con lo que se me remueve por dentro.
Decido y elijo escucharme, seguir caminando en la búsqueda de esa sombra esquiva; me calzo mis zapatos de hojas, busco la flor que me acompañe en este tramo, qué dificil muchas veces en una misma ¡¡

Me miro, me escribo, me reconozco.

Te miro, te escribo, te reconozco.

Por dónde empiezo o por dónde sigo?

25 de marzo de 2010

Algo personal....

A mí siempre me han gustado las flores, sus colores,su olor, su estar ahí. Cómo en su sencillez, me aportan belleza y alegría cuando las miro, más ahora, comenzando la primavera, y de nuevo las descubro cuando paseo por el monte.

Y mi encuentro con las flores, con las esencias, supuso un antes y un después en mi vida. Me enamoré al instante.
Empezó para mí una nueva etapa de mi camino, de conocimiento y autoconocimiento.
Se abrió ante mi un nuevo mundo, de luz, de amor, de acompañamiento.

Crecí, crecí.

Y a la vez, creció en mí el deseo de transmitir lo que siento con ellas, la increíble magia de las flores y de ser.

Disfruto en mi trabajo, me sorprendo cada día con lo que descubro, con la manera que tienen de acompañar a alguien en el dolor, en la angustia, en el cambio.
Descubro cada día la increíble sabiduría que muestran cuando actúan, no como queremos, sino como realmente necesitamos que actúen.

Siento gratitud. Por la oportunidad de poder conectar lo que soy, con lo que me apasiona y tener la posibilidad de crear y de acompañar.

Tengo claro dónde están las flores, y muchas veces no tengo tan claro dónde estoy yo.

Cuando veo los resultados, cómo las flores acompañan, calman, curan heridas del alma, el sentimiento de plenitud me desborda, y yo me retiro, me cuesta reconocer mi parte ahí, mi papel como conexión entre las flores y la persona que tengo delante, minimizo la parte de conocimiento necesario para poder dar la flor que esa persona precisa en ese momento.

Y sí que creo que una cosa es dar flores y otra hacer terapia floral, como se ha escrito tantas veces.
Y aquí entra el papel del terapeuta, mi papel en este caso, donde siento que son fundamentales el conocimiento sobre las flores,el conocimiento de una misma, pero también la pasión, la intuición, la conexión más allá del contacto físico o de la escucha más palpable.

Y me cuesta reconocerme ahí, admitir mi parte en esta alquimia, donde la persona acude con todos sus recursos, aunque aún no lo sepa, donde las flores despliegan su magia y dónde yo puedo acompañar desde lo que soy, desde lo que sé, desde lo que siento, para ir hilando un nuevo tapiz.

Hablaba ayer con un amigo sobre la falsa modestia y alimentar el ego, sobre la diferencia de caer en la arrogancia y aceptar lo que uno es y de lo que uno siente cuando hace algo en lo que cree, desde el fondo del alma.

Y es cierto que hay una parte profunda en la que siento que todo está bien, en la que confío en mi intuición, al margen de saber que aún tengo muchísimo que aprender, y creo que desde ahí trabajo, desde el corazón.

Y acepto , me alegra y me enorgullece el que guste lo que aporto aquí.

Así que, a tí, que estás ahora leyendo esto, te digo GRACIAS.
Por las palabras de apoyo, por los halagos. Por devolverme que lo que escribo transmite la pasión con la que lo hago.
Y me reconozco en la sorpresa y en el placer de sentir que las cosas te llegan con la intensidad que quiero transmitir.

23 de marzo de 2010

Gorse," ¿Para qué? Para nada"


Hay veces, que sin quererlo, escuchando una canción,me suele venir una flor a la cabeza, y me parece que una frase o la canción entera define muy bien un estado emocional concreto.

Cuando escuché esta canción de Rosana, la flor que me llegó fue GORSE y me gusta especialmente porque creo que la primera parte describe muy bien el desánimo de este estado emocional, y termina describiendo el efecto que potencia la toma de la esencia.

Supongo que a cada uno nos puede decir algo diferente, yo te invito a escucharla, y bueno, creo que es una bonita forma de conocer un poco más y de una forma diferente, las sutilezas de las flores.
¿Para qué? para nada
¿para qué? ¿para qué? para nada

¿Para qué andar descalza sin rumbo?
¿para qué izar las velas del mundo?
¿Para qué? para nada

¿Para qué rebajar la condena?
¿para qué si te mata la pena?
¿Para qué? ¿para qué? para nada

¿Para qué echar perfume a la vida?
¿para qué si te escuece la herida?
¿Para qué? para nada

¿Para qué continuar viviendo deprisa
buscando la suerte en la mierda que pisas?
te vas a volver a quedar sin volar ¿para qué?
Para nada, para nada
¿Para qué? ¿para qué? para nada

¿Para qué fusilar el olvido?
¿para qué si te pones a tiro?
¿para qué? para nada

¿Para qué una tregua de abrazos?
ni matar ni morir a balazos
¿para qué? ¿para qué? para nada

¿Para qué continuar viviendo deprisa
buscando la suerte en la mierda que pisas?
Te vas a volver a quedar sin soñar ¿para qué?
para nada, para nada
¿para qué? ¿para qué? para nada
para nada, para nada
¿para qué? ¿para qué?

Para nada te vale una vida varada
Hoy te toca romper la baraja
porque anclado ni subes ni bajas
para ser, para estar, para echar a volar
hoy te toca soltar las amarras

¿Para qué emborracharte de olvido
si te vas a beber lo vivido?

¿Cómo que para qué? porque puedes
y sé que si quieres te sobran la alas

¿Cómo qué para nada? ¿Cómo qué para nada?
¿Cómo qué para nada? ¿Cómo qué para nada?



18 de marzo de 2010

Larch, en la base de muchos malestares




Observamos el estado emocional Larch, en alguien que no se cree capaz de hacer algo bien, cuando el concepto de sí mismo es bajo. Normalmente los demás le consideran más capaz de lo que él mismo se ve. Valora positivamente los logros y las virtudes de los demás y no los suyos y generalmente, tienden a supravalorar sus errores y a infravalorar sus potencialidades. Es la flor que equilibra el concepto que tenemos de nosotros mismos. Es una esencia para aumentar nuestra autoestima y nos ayuda a querernos tal y como somos.

Lo que nos puede confundir muchas veces, es que en el estado Larch también hay miedo, miedo a fracasar, a equivocarse, a cometer errores , miedo a no ser capaz de llevar a cabo bien una determinada tarea.

Cada vez más, en mi trabajo cotidiano, observo que esta esencia suele aparecer por debajo de otros estados más visibles.

¿Qué hay debajo, por ejemplo, del miedo a hablar en público? Podemos limitarnos a darle a una persona Mímulus para afrontar ese miedo y no ahondar en qué es lo que puede haber debajo de ese miedo.

Porque si una persona tiene miedo a hablar delante de un número determinado de personas porque piensa que lo va a hacer mal, que no sabe expresarse, que lo van a juzgar negativamente, que va a cometer errores, etc, ¿No hay un estado Larch por debajo? ¿No se está juzgando negativamente ella misma?

Lo mismo podemos decir en otros estados emocionales.

Desde la perspectiva de la PNL , al trabajar en la identificación de aquellas creencias que nos limitan, aquellas creencias desde las que actuamos, pensamos y sentimos, observo que, al margen de la conducta más visible, existe habitualmente una tendencia a no querernos, a no valorarnos justamente, a pensar que no somos capaces y nos comparamos continuamente con los otros, no saliendo muy bien parados de esa comparación.

Por ejemplo, una persona en estado centaury, a quien le cuesta decir que no, que es incapaz de poner límites a los otros. ¿Cúal sería en este caso su "creencia limitante"? Podría ser la siguiente: "No digo que no porque tengo miedo a que me rechacen".
¿Qué podemos observar debajo de esta creencia? ¿Por qué una persona piensa que le pueden rechazar? ¿Podemos decir que esa persona goza de una alta autoestima? ¿Que se quiere tal y como es?

Yo creo que no.

Si tuviese una buena autoestima, si se quisiera más, no renunciaría a lo que es en esencia para ser aceptado o no ser rechazado. No necesitaría ser amado por otro para amarse a sí mismo.

Y así podríamos seguir con otros muchos estados emocionales, chicory, rock water, etc.

Creo que no podemos perder de vista la importancia de Larch a la hora de acompañar a alguien en su proceso de crecimiento y estar muy atentos como terapeutas a esas creencias que subyacen debajo de conductas, pensamientos y emociones más evidentes.

16 de marzo de 2010

Beech para el rechazo en casos de tratamientos con quimioterapia


Cuando de repente, sin previo aviso, nos dicen que estamos enfermos, que nos han descubierto un cáncer, se nos cae el mundo encima. En esos primeros instantes, se abre bajo nuestros pies un agujero que nos absorbe, que nos voltea, que deja nuestra vida patas arriba.
La angustia se hospeda en nuestro pecho, en nuestro estómago, en nuestro corazón.

Sin poder evitarlo, la palabra cáncer, nos pone frente a la posibilidad de nuestra propia muerte y brotan en cascada los miedos, las dudas, los temas pendientes, la incertidumbre del futuro.

En esos primeros instantes, el remedio rescate de Bach, nos aporta la tranquilidad necesaria para asumir la noticia, para deshacer el nudo.

Cuando María acudió a consulta, le habían diagnosticado cáncer de pulmón y estaba recibiendo tratamiento de quimioterapia.

A mi consulta acababa de entrar una persona valiente. Acompañada de sus miedos, de sus dudas y de su capacidad para hacer frente a este revés de la vida.
Estaba animada, con ganas de luchar, convencida de que se iba a curar. Convencida. Cuando la vi y la escuché, yo también.

Acudía porque se iban acumulando las sesiones de quimio y cada vez los efectos secundarios del tratamiento eran más intensos y quería probar con las flores.

Le pongo las siguientes flores:
  • Star of bethelem: Para darle fortaleza, para curar la herida del alma ante la noticia de su enfermedad.
  • Rock Rose: Para los miedos, para desbloquear la sensación de pánico ante el futuro.
  • Walnut: Para acompañarle en el cambio que ha supuesto su enfermedad.
  • Beech: Se la añado para la intolerancia al tratamiento, para paliar los vómitos. Para que su cuerpo acepte la quimio, algo externo a ella.
  • Crab apple: Pura esencia de limpieza, para que su cuerpo expulse y limpie todo aquello que está "de más", medicación, quimio y las propias células cancerígenas.
  • Cherry plum: También se la añado desde una visión más física. Las células cancerígenas se desarrollan desde el descontrol.
Le comento que tome el preparado todas las veces que ella quiera a lo largo del día, y que potencie la toma en aquellos momentos en los que los vómitos se intensifican.

En las siguientes sesiones María está contenta con los resultados, me comenta que los síntomas se le reducen mucho y se siente mejor física y emocionalmente. Durante el tiempo que dura el tratamiento no le cambio el preparado inicial.

En este caso me apetece destacar los efectos de la toma de Beech. No somos partes inconexas, somos mente, cuerpo y emoción.Por eso, basándome en el trabajo de Ricardo Orozco, médico y terapeuta floral, sobre los Patrones Transpersonales, valoré la toma de Beech para reducir los vómitos, teniendo en cuenta que es una esencia que emocionalmente trabaja sobre la intolerancia a aquello que no es nuestro, equilibrando el rechazo a lo ajeno, a lo diferente.
Las esencias florales trabajan holísticamente, y allí donde es necesario, así que, da igual que las apliquemos desde la emoción o desde el cuerpo, su efecto tiene doble dirección y actúan sobre todos los niveles del ser.

Cuando nos diagnostican una enfermedad, es muy dificil verlo como una oportunidad que nos da la vida para aprender, para hacer un balance de dónde estamos y qué es lo que realmente valoramos como importante.
Pero si vamos más allá del miedo, podemos modificar aquellas cosas que no nos gustan de nuestra vida presente.
Nos puede ayudar a ser más sinceros con nosotros mismos, empezar a disfrutar de las pequeñas cosas, de los encuentros, del aquí y ahora, de lo que tenemos.



15 de marzo de 2010

Wild Oat, ¿Duda vocacional o miedo al compromiso?




Bach escribió sobre esta esencia y sobre quienes están en este estado emocional:

"Es el remedio indicado para quienes ambicionan hacer algo importante en la vida, que desean adquirir experiencia, disfrutar todo lo que les sea posible y vivir intensamente la vida. Su dificultad consiste en llegar a determinar a qué ocupación se van a dedicar, pues si bien sus ambiciones son fuertes, no tienen una vocación definida, hecho que suele ocasionarles demoras e insatisfacciones".

Muchas veces nos encontramos con personas que no saben a qué dedicarse, que no tienen claro qué quieren "ser en la vida".
Al margen de esta duda vocacional muy patente en los adolescentes, vemos a personas que comienzan diferentes formaciones, cursos, a veces sin ningún nexo común entre ellos.
Son personas que dan sensación de dispersión, "picotean" de aquí y de allá, y casi nunca se centran en un tema concreto.

Sienten que tienen mucho que ofrecer pero no saben cómo hacerlo.
Se respaldan en su necesidad de aprender, en su intensa curiosidad por aquellos temas que les llaman la atención.
Wild Oat es una esencia que pertenece al Grupo de la Incertidumbre,sin embargo, la actitud de quienes están en este estado es la de espera de algo futuro más interesante que lo que tienen en el presente.

Y aquí es donde observo, en realidad, un miedo al compromiso, material y emocional.
Viven esperando aquello que pueda ser más interesante, más apasionante que lo que tienen ahora y el hecho de "comprometerse", en una formación, un trabajo, una relación, les coloca en la disyuntiva del miedo a tener que rechazar lo nuevo.

Tienen la sensación de estar cerrando puertas a oportunidades futuras, si se apuntan a un curso determinado, les asalta la duda y el miedo a no poder hacer otras cosas. ¿Y si eso nuevo me gusta más y ya no puedo dedicarle mi tiempo y mi energía?

De esta forma, la mirada hacia un futuro mejor, les impide vivir el presente, disfrutar del aquí y del ahora. Sienten frustración y desánimo, no sólo por la sensación de dispersión, sino por la eterna sensación de pérdida de oportunidades.

¿Y qué sucede con las relaciones afectivas?

No podemos olvidarnos de que Wild Oat ayuda a centrarnos, a valorar lo que tenemos ahora.
Y el miedo al compromiso de quien está en Avena Silvestre, puede ampliarse a aquellos que no se atreven a comprometerse afectivamente con alguien porque sienten que de esa forma cierran puertas y oportunidades a otras posibles personas interesantes que entren en su vida. Buscan, esperan siempre que aparezca alguien que les atraiga más ¿Y qué sucede si aparece alguien y yo ya estoy comprometida/do? De nuevo la sensación de pérdida de oportunidades.

Para mí, aquí hay dos cosas importantes a tener en cuenta:
Por un lado el estado Wild Oat es una trampa que nos impide vivir el presente, disfrutar del aquí y el ahora, disfrazado de inseguridad, de necesidad de saber, de miedo a la pérdida de libertad y por otro, lo que está en el trasfondo y es, la creencia de que las cosas y las decisiones son para siempre y son irrevocables. La convicción de que, una vez que tomamos una decisión, esa decisión nos compromete eternamente.

Y aquí perdemos nuestro poder de cambiar y transformar nuestro camino.

La vida es un camino que está lleno de cruces, de dobles direcciones, de opciones; El seguir una u otra no hace que renunciemos a lo que dejamos atrás, sino que hace que nos sintamos con la capacidad de pintar nuestro propio lienzo, que podamos usar los colores de nuestra propia paleta, que disfrutemos del día a día con la seguridad de haber podido elegir, responsabilizándonos de nuestra decisión, sin tirar balones fuera, sin esperar siempre un futuro mejor, que no existe, ni añorar un pasado que ya no está y que fue el que nos trajo hasta aquí.

Vamos a soñar, soñar que podemos hacer grandes cosas para el mundo, desde donde estamos, aquí, ahora, vamos a vivir el presente disfrutando de las pequeñas cosas, de las oportunidades que día a día nos da la vida, vamos a forjar nuestro futuro desde este presente que es nuestro;

Podemos disfrutar de quienes nos aman, aquí y ahora, sin esperar a otros mejores, más interesantes,más atractivos, porque así no disfrutamos del regalo de tenerlos cerca.

Olvidémonos de la frase "para siempre", de lo irrevocable, porque todos tenemos el poder y la capacidad de seguir decidiendo hacia dónde nos llevan nuestros pasos.

14 de marzo de 2010

El papel del terapeuta.



Con el permiso de Pilar Vidal Clavería, terapeuta floral y cuyo enlace adjunto, voy a transcribir unas palabras que describen lo que para mí significa el trabajo de la terapia floral y en realidad de cualquier terapia. Espero que sea de vuestro agrado y que disfruteis tanto como yo.

http://piltruns.blogspot.com/2009/02/terapeutas.html

Estoy aquí
para escuchar....
No para hacer milagros.

Estoy aquí para ayudarte a descubrir lo que estas sintiendo....

No para hacer que los sentimientos desaparezcan.


Estoy aquí
para ayudarte a identificar tus opciones....
No para decidir lo que debes hacer.


Estoy aquí
para hablarte de los pasos....
No para hacer los pasos por ti.


Estoy aquí
para ayudarte a descubrir tu fuerza.....
No para salvarte y dejarte todavía más vulnerable.


Estoy aquí para ayudarte a descubrir que te puedes ayudar a ti mismo....

No estoy para responsabilizarme por ti.


Estoy aquí para ayudarte a aprender a elegir....
Y para que entiendas que tus decisiones no son siempre difíciles.


¡Estoy aquí para darte apoyo en el cambio!

Cuando una persona no vuelve a consulta




Una cuestión que hace que me plantee muchas dudas es el hecho de que alguien no acuda a la siguiente cita que tiene programada. Hay muchas variables que pueden influir, y creo que es importante observarlas para poder realizar un buen trabajo en terapia.
Por un lado, creo que es importante tener en cuenta las expectativas con las alguien acude a una terapia con flores. Actualmente, estamos acostumbrados a una visión alopática de los tratamientos, y muchas personas lo que buscan es una solución rápida y eficaz y quieren probar una forma menos agresiva que la medicina tradicional para que desaparezcan los síntomas que les incomodan. Buscan, de la misma manera que cuando tomamos un ibuprofeno para quitarnos el dolor de cabeza, un remedio que actúe de inmediato y continuar con su vida cotidiana como antes. En este caso, es importante que el /la terapeuta, informemos detalladamente de cómo funciona la terapia floral, cuales son sus fundamentos y en qué consiste realmente.

En mi trabajo diario, observo una diferencia considerable, en función de dónde acuda la persona para demandar una terapia. Cuando alguien pide cita en mi consulta habitual, de alguna forma, asume que puede comenzar un proceso relativamente largo y generalmente no es una consulta puntual.También paso consulta en una herboristería y muchas veces, acuden para que se les asesore en una toma de flores concreta y no se han planteado hacer un proceso algo más largo.
En estos casos, las veces que dejan de acudir a una segunda cita es mucho mayor que en el anterior.

Por supuesto, mi papel como terapeuta es fundamental para continuar o no en terapia.
Creo que gran parte del éxito o del fracaso en terapia está en la relación que se crea entre terapeuta y cliente.

Y desde luego, no siempre se crea un clima de confianza o no siempre te gusta el profesional que te atiende. Sencillamente, buscamos en otro lado y punto.

Si por otro lado tenemos en cuenta que todas nuestras conductas, emociones y pensamientos tienen una "intención positiva",yo me planteo muchas veces, que cuando alguien empieza a tomar flores se remueven muchas cosas en su interior que hace que haya una resistencia al cambio, una reacción homeostática que hace que no quiera seguir por ese camino de autoconocimiento. Entonces, ahí, qué podemos hacer como terapeutas? ¿podemos prevenir esa reacción cuando hacemos la mezcla floral? Podemos intuir qué cambios pueden darse en la persona que le provoquen miedo, bloqueo, o simplemente, podemos pensar "que no es su momento"?

Siento que aquí me queda mucho camino por recorrer. Muchas veces sé cuando alguien es muy fácil que no vuelva a consulta. Por las flores que veo, por las expectativas que tienen, por la relación establecida, etc. Sé que no puedo actuar sobre los motivos que son responsabilidad directa de la persona que está frente a mí, pero me gustaría ir siendo cada vez más sutil en aquellos que estén de mi mano, para que las esencias florales puedan hacer su papel y mejorar el bienestar y la calidad de vida de quienes acuden a ellas.

Rock rose para el bloqueo emocional



Muchas veces no somos conscientes de cómo las emociones y creencias limitantes nos bloquean a la hora de conseguir nuestros objetivos.

Tenemos tan interiorizado que no somos capaces de realizar o alcanzar una meta, que nos desmoralizamos, nos convencemos de que no podemos o ni siquiera lo intentamos por el mero hecho de creer que vamos a fracasar antes de intentarlo.

A veces, no nos damos cuenta de qué es lo que nos bloquea, habitualmente podemos reconocer nuestras carencias físicas, sobredimensionarlas, quedarnos en las limitaciones y nosotros mismos boicotearnos.

Cuando J.P vino a consulta, llevaba un año preparándose físicamente para unas oposiciones.

En las anteriores, había pasado todas las pruebas sin ningún problema excepto la prueba de natación. Y para esta, llevaba un año con un entrenador personal, había mejorado su estilo, se había propuesto un duro entrenamiento, y sin embargo, no conseguía bajar ni un segundo del tiempo con el que había empezado. Además, para la oposición actual, habían bajado el mínimo para poder pasar, en 1 minuto y 25 segundos.
J.P., durante este último año, no bajaba de 1,30.

Me comenta que está desmoralizado, que cree que no es capaz de mejorar el tiempo ni pasar la prueba. Durante un año de duro entrenamiento está convencido de que no puede alcanzar su objetivo y que le han hablado de las flores y quiere intentarlo.

Probamos con las siguientes esencias:
  • Crab Apple: Cree que su baja estatura le limita físicamente para bajar el tiempo.
  • Larch: Estar durante el último año esforzándose sin conseguir mejorar el resultado, le ha convencido de que no está capacitado para hacer la prueba.
  • Mímulus: Cuando está delante de la piscina, siente miedo.
  • Rock Rose: Cuando está nadando se bloquea, tiene pánico a hacerlo mal.
  • Gentian: si está nadando y cree que ha bajado el ritmo, se desmoraliza, y piensa que es un obstáculo demasiado grande para él. En ese momento, su velocidad disminuye y es cada vez menor hasta que termina.
  • Star Of Bethelem: Para él, la relación con el agua y con la realización de la prueba se ha convertido en algo traumático.
  • Turmalina Negra: Es una esencia que aporta seguridad, aumenta la capacidad para enfrentarse a las propias emociones y ayuda potenciar la destreza, autodisciplina y el enfoque de los objetivos.
  • Cuarzo Rosa: Añado esta esencia a la fórmula porque trabaja directamente sobre la autoestima, el amor propio y favorece la disposición mental a sustituir los pensamientos negativos por los positivos.
A los días me comenta que, lo que está notando es que empieza a creerse que igual es capaz de superar la prueba, o por lo menos, de mejorar su tiempo, que va a la piscina más relajado y que está animado, se siente menos bloqueado, "más ligero" y que en los entrenamientos se siente mejor y que no se desmoraliza tanto durante el nado.

La siguiente semana quedamos para aplicar una técnica de anclajes de PNL , que consistió en asociarle a una experiencia anterior en la que él se había sentido capaz, potente física y emocionalmente, en la que había sentido que se había superado y la anclamos a la situación que le generaba el bloqueo y donde no conectaba con esa sensación de poder. Durante 5 días y hasta el momento de la prueba, estuvo activando el ancla que eligió.
Finalmente, el día de la prueba, me comenta que estaba un poco nervioso, con miedo, pero con un miedo asumible y controlable. Durante la prueba se sintió capaz de realizarla con éxito. Cuenta que, en vez de desmoralizarse hacia la mitad del recorrido, se fue sintiendo cada vez con más fuerza y que, si habitualmente en la última vuelta bajaba su ritmo, en este caso, sintió que era capaz de dar aún más.
Su sorpresa cuando le dieron los tiempos. Había bajado increíblemente 9 segundos en relación a sus tiempos anteriores.


Muchas veces, no sé explicar los motivos por los cuales he puesto una determinada flor en el preparado. Cuando siento o intuyo que una persona está en un estado emocional, prefiero incluirla aunque en ese momento no sepa por qué.
Puede que después, elaborando el caso, ponga en palabras lo que intuía o simplemente lo deje así.

En este caso, tenía claro que físicamente era capaz de conseguirlo y que estaba emocionalmente bloqueado, por miedo, por sentirse incapaz de hacerlo con éxito, por todas las veces que "había fracasado" y porque para él, esta prueba se había convertido en algo traumático por la cantidad de veces que lo había intentado y no lo había conseguido.

Personas de su entorno le decían que lo que le sucedía era emocional,mental, y aunque él lo tenía claro "teóricamente", no sabía cómo cambiar el chip e integrarlo como algo posible.

Las esencias florales actúan allí dónde nosotros conscientemente no llegamos. Cuando nos cuesta pasar de la teoría a la práctica. Cuando sentimos que hay algo que nos bloquea y que no sabemos muy bien qué es. Actúan en la profundidad del ser, equilibran patrones emocionales y por lo tanto modifican nuestras creencias, tan arraigadas en nosotros y eso se refleja en nuestas conductas y en nuestra capacidad de alcanzar los objetivos que nos proponemos.

12 de marzo de 2010

Las flores y la magia de ser


Cualquiera de los sistemas florales nos conecta con lo que somos, cualquiera nos ayuda a tomar conciencia de nuestro propio ser y nos acompañan en el cambio, nos equilibran estados emocionales que por diversos motivos hemos ido "colocando" como capas protectoras, adaptativas,sobre nuestra propia esencia individual.
Cuando sentimos cierta incomodidad con lo que hacemos, cuando sentimos rabia, dolor, tristeza y no sabemos reconocer de donde nos viene esa sensación, cuando sentimos que no somos nosotros mismos, cuando alguna forma de actuar nos "rechina", las esencias florales nos centran,nos dan luz, nos ayudan a tomar conciencia amorosamente, sin juicios, de lo que nos sucede y desde ahí, desde el reconocimiento, cada uno tenemos los recursos necesarios para producir el cambio, para conectarnos, para sentirnos en paz con uno mismo.

No siempre estamos preparados para admitir lo que las flores nos muestran. Nos cuesta reconocer cómo amamos y para qué, para qué tomamos cierta actitud, para qué nos enfadamos o para que no,o por qué somos incapaces de decir no. Duele encontrarnos con la parte de "sombra", esa de la que huímos, esa que nos molesta en el otro porque incoscientemente nos vemos reflejados como en un espejo.

Y las esencias florales son proceso y en el proceso está el cambio. Podemos acudir a ellas para resolver un problema del aquí y ahora, podemos resolverlo satisfactoriamente y sentirnos de nuevo bien, contentos.
Y podemos adquirir un compromiso con nosotros mismos, atrevernos a ir más allá, atrevernos a mirar y reconocernos en lo que vemos, en lo que somos.
Somos todo eso, la suma de las partes, somos, luz y sombra, seres únicos, luminosos. Cada uno de nosotros tenemos en nuestro interior la capacidad de crecer y de crear, de aprender.

En el camino del autoconocimiento ya no hay vuelta atrás. Una vez que "vemos", que tomamos conciencia, que damos luz a nuestras partes oscuras, ya no podemos evitar no verlas, no reconocerlas. Y es hermoso, un regalo de la vida, para poder sentir, para poder vivir con plenitud, conscientes de estar, de ir recorriendo el camino que uno mismo ha elegido.

Y sentirse en paz muchas veces no significa ser feliz, estar alegre, tener ganas de reir, de jugar, de bailar. A veces, podemos sentir dolor, tristeza, enfado, rabia y sin embargo, seguir sintiendonos en paz con nosotros mismos.

Porque muchas veces, cuando tomamos flores, queremos volver a sentirnos como antes, queremos sentirnos felices y alegres. Y las flores no siempre nos dan lo que queremos, sino lo que necesitamos. Y muchas veces necesitamos sentir rabia, porque esa rabia ya está en nosotros, o necesitamos sentir dolor, porque ese dolor ya está en nosotros.

Necesitamos conectar con nuestras emociones para sanar. Somos cuerpo, mente y emoción. Y la unión de estas tres partes, la coherencia de hacer, pensar y sentir nos aporta serenidad.

Tomar conciencia de la responsabilidad de nuestros actos, asumir dónde empieza y dónde acaba lo que sentimos nosotros y lo que siente el otro, aceptar nuestros errores, lo que es nuestro,nuestra capacidad de elección para estar como queremos estar, al margen de las circunstancias, nos da la fuerza necesaria para cambiar lo que no nos gusta, nos da poder porque sentimos que está en nuestra mano y no en la del otro la posibilidad de mejorar aquello que nos incomoda.
Sin embargo, si aceptamos que lo que no nos gusta no depende de nosotros, no hacemos nada para resolverlo,tiramos la toalla, y permitimos que algo externo a nosotros asuma el poder y la capacidad de cambio.

Sólo conociéndonos, queriéndonos en lo que somos, podemos crecer y caminar, aprender y rectificar y en definitiva, acercarnos un poquito más a la esencia del SER.

Ahí está la magia de las flores.

10 de marzo de 2010

Honeysuckle para una niña de 4 años



Cuando pensamos en la esencia de Honeysuckle, lo primero que nos viene a la cabeza es el sentimiento de añoranza por los tiempos pasados, melancolía por aquellos momentos que siempre parece que fueron mejores que el presente.
Nos imaginamos a alguien que se ha quedado anclado en un determinado momento de su vida donde, por ejemplo, vivía su pareja, que recuerda con nostalgia cuando todos sus hijos vivían en el hogar familiar o que, añora con nostalgia proyectos que nunca llevó a cabo.
Personas melancólicas, que repiten continuamente que "cualquier tiempo pasado fue mejor...".
Este estado emocional les impide vivir y disfrutar del presente, de las pequeñas cosas de su vida cotidiana.Les impide disfrutar de las relaciones personales, hacer planes para el futuro y se dejan mecer por la tristeza porque esa "época dorada" no va a volver y nada de lo que les sucede puede igualarla.
Podemos pensar también en personas a las que se les ha diagnosticado una enfermedad que ha cambiado su vida y que recuerdan continuamente cómo estaban cuando tenían salud.
Sin embargo, ¿qué sucede cuándo observamos ese estado emocional en una niña de 4 años?
¿Qué experiencias vitales y qué "tiempos pasados" puede estar añorando?
La madre de Lucía acude a consulta muy preocupada y sin saber qué hacer con su hija de 4 años.Tiene otra pequeña de dos años y medio. Comenta que desde que nació la segunda, Lucía tiene muchos celos de su hermana, que está rabiosa, que ha empezado a tener muchas rabietas y que ya no es la niña alegra que era.
Y lo que más le preocupa es que empezó a pedirles que jugasen a que ella era un bebé y empezó a comportarse como tal. Y lo que comenzó como un juego, se ha convertido en una obsesión para la pequeña y se pasa así todo el día. La madre me cuenta que la niña está continuamente recordando el pasado, cuando ella era un bebé y su hermana no estaba. Se mete a dormir en la cuna, gatea en vez de andar,pide chupete y pecho, habla como un bebé, y demanda que sus padres la traten como tal.
Ha vuelto a no controlar sus esfínteres, tanto en casa como en el colegio y cuando eso sucede, se siente mal, culpable, sucia y se avergüenza de ello.
Con su madre, además, tiene una actitud de servilismo, hace cosas continuamente para contentarle y para recibir su aprobación.
Si su madre le pregunta cómo está, Lucía sonríe y le dice que está bien, que no le pasa nada.

Así que, en una primera sesión le hice un preparado floral con las siguientes esencias:
  • Holly, por los celos hacía su hermana pequeña
  • Honeysuckle, porque está anclada en el pasado, cuando era bebé, no estaba su hermana y ella recibía unas atenciones que ahora siente que no recibe.
  • Crab apple, por su reacción cuando no controla los esfínteres, pasa vergüenza y se siente sucia.
  • Agrimony, por la actitud de "todo está bien" ante su madre.
  • Walnut, por los cambios que ha habido en su vida, escolarización, nueva hermana...
  • Centaury, por su actitud de servilismo para contentar y recibir la aprobación de su madre.
  • Pine, por la culpa cuando hace algo mal, se enfada, y por la rabia contra su hermana porque le quiere mucho.
  • Mímulus, por su timidez con la gente.
En una segunda sesión, a los 15 días,la madre me cuenta que están muy contentos,que Lucía dejó "automáticamente de aferrarse al pasado". Que está muy alegre, que controla los esfínteres, aunque en el colegio aún le pide a la profesora ir al baño porque no se ve capaz de hacerlo sola.
Esta vez, le mantengo holly, honeysuckle, walnut, crab apple,mímulus y centaury y le añado larch para aumentar su autoconfianza.

Pasado un mes, la madre me indica telefónicamente que Lucía está de maravilla, que se ha resuelto el problema por el que acudieron y que "vuelve a ser la niña alegre de antes".

Creo que en este caso, añadir Honeysuckle fue fundamental para mejorar y resolver el problema que presentaba Lucía.
Ante una nueva situación, ella gestionó sus emociones de la mejor manera que sabía y extrañaba la época en la que recibía atenciones por ser bebé y eso no le permitía disfrutar de las atenciones que tenía por parte de sus padres en el presente.

Así que, podemos concluir que Honeysuckle es una esencia que no sólo puede aparecer en los adultos sino que podemos tenerla en cuenta cuando trabajamos con niños que echan de menos "tiempos mejores".