Bienvenida o bienvenido a mi blog.

Mi deseo es crear un espacio donde poder transmitir mi amor por las esencias florales, base de mi trabajo en terapia y compartir algo que en realidad se ha convertido en mi forma de ver y sentir la vida.

Quiero compartir mis experiencias, conclusiones y reflexiones del día a día.
Me encantaría que si te apetece, aportes todo aquello que te parezca interesante, que debatas, que preguntes, que cuestiones, que juntos podamos seguir creando un espacio vivo, que las esencias florales y el legado que el Dr. Bach nos regaló, siga expandiéndose y cada vez llegue a más personas. Que cada vez seamos más quienes nos beneficiemos de la magia de las flores, que vayamos más allá de la simple toma de remedios florales y seamos capaces de comprender e integrar en nosotros que somos energía, que somos parte de la naturaleza, que sencillamente SOMOS, SOMOS, SOMOS.

Que en nosotros está la magia del cambio. Que somos los únicos responsables de lo que nos da la vida. Que tenemos poder. Que tenemos los recursos necesarios para conectar con nosotros mismos.

Podemos crear, podemos compartir, podemos sentir, podemos amar.
Podemos quedarnos donde estamos y hacerlo conscientemente.
Podemos decidir no hacer nada. Podemos decidir no decidir.

También podemos volar

4 de junio de 2010

Las esencias como proceso


Desde que nacemos, incluso antes del nacimiento, nuestro cuerpo se mueve, por fuera y por dentro, siente, se expresa. Hay una consciencia biológica, innata, con mecanismos que nos permiten sobrevivir. Somos seres instintivos, flexibles, llenos de oportunidades, de posibilidades, de vida y vacíos de barreras intelectuales.
Nuesto cuerpo se mueve, pide, consigue, vuelve a pedir, siente, hace, siempre hace. Y lo hace a través de gestos, movimientos, llanto, respiración, miradas...
Y comenzamos a recibir de nuesto entorno negativas a sus demandas, a lo que pedimos, a lo que necesitamos, atención, contacto, y no lo entendemos porque todavía no entendemos de razonamientos, argumentos, moral, creencias y juicios.
Y cuando queremos algo y no lo conseguimos, nos duele y el dolor no nos gusta. Y lo evitamos.

Vamos reprimiendo impulsos, deseos y conductas que quedan reflejadas en nuestro cuerpo, en nuestra fisionomía.

Y vamos añadiendo capas a lo que somos y nos vamos perdiendo, y desconectando de lo que queremos, convenciéndonos de que lo que sentimos, pensamos y hacemos es lo que realmente nos define como individuos.
Aprendemos e interiorizamos patrones que repetimos continuamente para conseguir lo que queremos. Movimientos y soluciones intentadas que nos frustran porque están muy lejos de nuestros verdaderos deseos y necesidades.
A lo largo de nuestra vida, esta nos pone delante, nuevas oportunidades, una y otra vez, en forma de enfrentamientos, conflictos, decisiones difíciles, para aprender, cerrar ciclos completos y mientras no cerremos esos ciclos, vamos a repetirlos una y otra vez en nuestras relaciones, en el trabajo, en la salud, etc.

Desde una mirada floral, desde ese núcleo de necesidades personales que nos define a cada uno más profundamente, vamos ramificando, añadiendo creencias limitantes que nos ayudan a evitar el dolor de la pérdida, del vacío, de la carencia, para evitar el dolor y adaptarnos y sobrevivir de la manera más placentera posible.

Con las esencias podemos ir profundizando poco a poco entre todas esas capas más superficiales para llegar al núcleo, al origen, al tronco del cuál nacen las ramas en forma de creencias y trabajar ahí, y comenzar de nuevo a edificar con nuevos cimientos,con los nuestros, los propios.
Asumiendo nuestras necesidades y nuestras carencias más primigenias. Reconociendo la intención positiva de estar y mantenernos en determinado estado emocional o flor.

Curar, sanar, cerrar heridas profundas del Alma. Aprender a pedir, a saltar a pesar del miedo.
Hacer, conocer y crear.
Atrevernos con nuestra sombra. Bajar a veces a las oscuras catacumbas. Y desde ahí, empezar a ver luz al final del túnel.

1 comentario:

Graciela dijo...

Gracias Rosa...es un placer leerte. Las flores permiten un estallido de consciencia porque en su recorrido dentro nuestro llegan a la profundidad del alma...
Te dejo un gran abrazo