Bienvenida o bienvenido a mi blog.

Mi deseo es crear un espacio donde poder transmitir mi amor por las esencias florales, base de mi trabajo en terapia y compartir algo que en realidad se ha convertido en mi forma de ver y sentir la vida.

Quiero compartir mis experiencias, conclusiones y reflexiones del día a día.
Me encantaría que si te apetece, aportes todo aquello que te parezca interesante, que debatas, que preguntes, que cuestiones, que juntos podamos seguir creando un espacio vivo, que las esencias florales y el legado que el Dr. Bach nos regaló, siga expandiéndose y cada vez llegue a más personas. Que cada vez seamos más quienes nos beneficiemos de la magia de las flores, que vayamos más allá de la simple toma de remedios florales y seamos capaces de comprender e integrar en nosotros que somos energía, que somos parte de la naturaleza, que sencillamente SOMOS, SOMOS, SOMOS.

Que en nosotros está la magia del cambio. Que somos los únicos responsables de lo que nos da la vida. Que tenemos poder. Que tenemos los recursos necesarios para conectar con nosotros mismos.

Podemos crear, podemos compartir, podemos sentir, podemos amar.
Podemos quedarnos donde estamos y hacerlo conscientemente.
Podemos decidir no hacer nada. Podemos decidir no decidir.

También podemos volar

15 de abril de 2010

Pine, ¿Responsabilidad o autocastigo?

Creo que hay dos tipos de culpa. La culpa sana, aquella en la que admitimos la responsabilidad de nuestros actos,con la que crecemos, con la que aprendemos de nuestros errores y la que nos acerca al dolor del otro.

Y la culpa demoledora, la del autocastigo, la que nos mantiene en la Ignorancia, ignorancia entendida desde el no querer ver o tomar consciencia de la verdad que tenemos delante de nosotros.

Recordemos que Pine, pertenece al Grupo del Abatimiento o Deseperación. Según Bach, la enfermedad primaria relacionada con este grupo es la Ignorancia y la virtud a desarrollar es la Experiencia y la Flexibilidad.

Mantenernos en esta culpa nos ayuda a no ver la verdad que se esconde debajo, miedos, resentimientos, ira.

Desde la culpa imploramos el perdón de los otros.

La culpa viene alimentada de creencias y verdades ancladas en nuestro inconsciente y aunque a lo largo de nuestra vida esas evidencias cambien y/o se tranformen, nos cuesta , nos resistimos a soltar aquellos pensamientos, actitudes y formas de actuar que creemos que nos definen.

Mantenernos en la culpa justifica nuestro miedo al cambio, nuestro miedo a enfrentarnos a lo que somos.
La excusa perfecta para no permitirnos, para no responsabilizarnos, para evitar lo que nos aterra.
Preferimos sentirnos culpables a reconocernos en el odio y en el rencor.
Desde Pine, contraemos deudas con el otro difíciles de saldar y de forma inconsciente nos atamos, cortamos nuestra propia libertad.
Liberarnos de la culpa es liberarnos a nosotros mismos y empezamos a ser verdaderamente conscientes de dónde acaba la responsabilidad del otro y dónde comienza la nuestra, empezamos a romper los lazos invisibles que nos atan y que utilizamos como excusas para no reconocernos en lo que somos.


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