De esto hace ya unos cuantos años, 7 concretamente, cuando estaba en Argentina, hablando con una de mis primas, psicoanalista, como no podía ser de otra manera, en Argentina, compartimos horas y horas de charla, de pareceres, de sentires, de enfoques diferentes en terapia. Y me dijo algo que desde ese día tuve presente y que hoy ha adquirido en mí otro alcance, otra perspectiva. Ella tiene consulta en su pueblo y yo por aquel entonces empezaba también mi andadura como terapeuta, con mi consulta propia, también en mi pueblo. Y me dijo que nuestro trabajo tenía una gran parte de soledad. En un entorno reducido, donde casi todo el mundo está relacionado, unos con con otros, el terapeuta toma distancia, adquiere un rol determinado, puede saber muchas cosas y ser discreto y silencioso. Es conocedor de historias, datos, dolores, emociones, que atesora, que alguien ha puesto en sus manos con la certeza de que no va a salir de ese espacio seguro.
Desde aquel día, eso se quedó grabado por aquí dentro, de vez en cuando tomaba forma, se hacía patente, me ayudaba a retomar mi centro...
Y hoy ha tomado una fuerza diferente, otro cariz...
Hay otra soledad, la que empapa, la que me envuelve, no como terapeuta, sino como persona, como Rosa. Esa que necesita abrazos, y oreja, y oído y escucha. La que necesita tiempo y espacio.
Esa soledad que necesita que la arropen, la que no tiene máscara, ni juicio, la que permite no tener todas las respuestas, la que vuelve a rellenar vacíos, la que es espejo, y hombro, la que invierte los papeles...
Una soledad que toma forma de amigo, de cuenco donde volcar sin miedo las dudas, los cansancios, las derrotas, las tristezas, los miedos...
Una soledad que se convierte en confianza en la voz de un ser querido, fuerza en su oído, amor y acompañamiento en su mano.
Una soledad que se transforma en flor, gorse, mímulus, walnut, gentian...
...en flor...
De nuevo en flor.
muxulore
2 comentarios:
Y también me gusta decir una flor que transforma a la soledad y te enseña a vivirla de una manera diferente.
Besos con flores
cierto Pilar, aprender a vivir la soledad de una manera diferente nos hace crecer y conectar un poco mas con nosotros mismos. un abrazo
Publicar un comentario