Tengo
claro que como personas, no nos limitamos a ser o estar sólo en una determinada
flor, o estado emocional.

Reconocerle en una flor me dice cuándo y dónde actúa de una
determinada manera, con quien. Me puedo hacer una primera idea de sus
capacidades, recursos, de sus creencias limitantes, de cómo se ve, quién cree
que es, etc. Me facilita información sobre
desde dónde o para qué hace algo, cuáles pueden ser sus miedos, sus
“carencias”… Cuál es su visión del mundo, la intención positiva de su estado,
sus intentos de solución frustrados, sus recursos conscientes o inconscientes,
e incluso el balanceo de una flor a otra, me pueden indicar hacia dónde puede
dirigirse en el cambio, qué obstáculos y
actitudes cronificados presenta.
Siempre desde la perspectiva de que cada uno somos diferentes, desde
la sorpresa y no dar nada por hecho, porque la combinación floral es infinita
y también la combinación de estados
emocionales de cada ser humano.
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