Para alguien en un estado Oak, el deber es lo primero... y lo único. En su trabajo, sentirá la obligación de estar continuamente haciendo cosas, le cuesta parar durante un rato, y se siente mal, si termina sus tareas y no continua haciendo mil cosas que hay que hacer. Muchas veces es complicado mostrar a un Oak la parte negativa de su estado, pues el hecho de ser una "responsable" puede estar muy arraigado como creencia personal, como virtud. Sin embargo, llegan a consulta cansados, con altos niveles de estrés muchas veces y/o con dolores musculares que les van avisando del sobreesfuerzo realizado.
A un Oak, le cuesta siquiera el hecho de plantearse tomar unas horas de ocio. Hace unos días, en consulta, una chica me comentaba, "que se notaba diferente", que "se había tomado algunas libertades". Esas libertades concretamente, consistieron en ir unas horas más tarde al trabajo (ella es una de las jefas), porque había llegado a las 4 de la madrugada de un viaje por asuntos personales.
En este caso, primera vez que lo hacía, el motivo era lo suficientemente fuerte como para admitir faltar unas horas.
Sin embargo, cuando me contó que le gustaría apuntarse a clases de baile, empeza´ron las justificaciones para no hacerlo.
Faltar a sus obligaciones en este caso, consistía en salir media hora antes, dos días por semana. Eso sólo ya, "para ir a divertirse". Le costaba hasta exponerlo.
Además, su socia, es una persona sin mucho interés en la vida social, así que, el hecho de permitirse ese "lujo", le hace sentirse peor.
Oak, ayuda a relativizar y a equilibrar nuestras obligaciones y nuestros deseos.
Ayuda a darnos el permiso para disfrutar de lo que nos gusta, o simplemente de valorar momentos de no hacer nada.
Nos enseña a delegar, y a relajarnos.
Y nos ayuda a ir soltando todas esas piedras que vamos cargando a nuestra espalda.
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