Marta acude a consulta muy alterada emocionalmente. Hace 4 meses tuvo a su hijo, Pablo, y físicamente está muy nerviosa, habla muy rápido y muy enfadada, crispada. Me cuenta que lleva muy mal la crianza, está enfadada con el mundo y dice que se pasa mucho, sobretodo con su pareja a quien ataca consciente de que le está haciendo mucho daño. A lo largo de la sesión me va comentando que, tuvo un buen embarazo y que fue al parto sin mucho miedo. Sin embargo, durante el mismo, entró en estado de pánico, pasó muchísimo miedo y pensó incluso que podía morirse. Cuando le colocaron a su bebé sobre su pecho, dice que no sintió nada de lo que le habían dicho que iba a sentir, estaba agotada física y emocionalmente. A partir de ahí, la vuelta a casa, fue un caos, y dentro de ella hay muchas emociones encontradas, de amor-odio que hace que se sienta culpable. Sensación de no ser capaz de hacerlo bien como madre, enfado con su pareja, con la vida, con su hijo.
Por otro lado, está desbordada por la preocupación por su hijo, tiene miedo a que le suceda algo, y a la vez miedo a no saber qué hacer.
Dice que siente que la maternidad le queda grande, que si lo llega a saber no hubiera tenido hijos y se siente muy angustiada.
Como devolución, le explico que el parto ella lo ha vivido como un trauma que no ha empezado a elaborar y que toda la distorsión y todas las emociones que tiene como una olla a presión son consecuencia de esa situación de shock.
Le preparo una fórmula con las siguientes flores:
STAR OF BETHELEM, para el trauma y el shock que supuso el parto para ella. Para restaurarla emocionalmente.
SWEET CHESTNUT, para reducir la enorme angustia que toda esta situación le genera.
WALNUT, para el cambio que supone la maternidad, tanto a nivel corporal como físico, mental, cambio en la reorganización familiar, etc.
RED CHESTNUT, para el exceso de preocupación que siente por su hijo.
ELM, por el estrés, por el desbordamiento a todos los niveles que hace, entre otras cosas que crea que no es capaz de hacerlo bien como madre. Esta sensación está distorsionada, ella durante el embarazo no pensaba que no iba a ser capaz.
CHICORY, Sobretodo observo esta actitud con su pareja, a la que continuamente le achaca que no hace nada, y lo que hace lo hace mal. Siente que ella está dándolo todo y no recibe apoyo por su parte. También hay una parte inconsciente de chicory con su hijo, con un fuerte sentimiento de estar dando mucho y el niño no responde a sus expectativas.
HOLLY, está rabiosa, con mucha ira, está físicamente acalorada y se la añado a la fórmula porque ahora mismo no es capaz de ver y sentir el amor que siente por su hijo porque está enfadada.
PINE, todas estas emociones encontradas de amor- odio, de incapacidad de dar amor, de enfadarse con su hijo, hace que se sienta culpable.
Quedamos en vernos en 15 días para ver si el nivel de estrés, angustia y shock se han reducido, pero me llama a los 5 días para decirme que el cambio ha sido increible, se siente otra, mucho más aliviada, más tranquila y confiada. Su actitud con su pareja ha mejorado muchísimo y acepta la experiencia del parto.