Esta esencia, según Andreas Korte:
" Nos ayuda a descubrir el significado de cada etapa de la vida y, de este modo, a desarrollar nuestro ser. Nos permite reconocer la relatividad de las cosas y a aceptar el carácter efímero de la materia. Para aquellas personas que temen el paso de los años,en conflicto con las señales del paso del tiempo y resistentes al cambio corporal. Para incondicionales de las dietas de adelgazamiento, cirugías y sobreesfuerzos por mantenerse joven."
A mí, me llega a un nivel más profundo,detrás de la necesidad de mantenerse joven a toda costa, la inseguridad afectiva, la sensación de no sentirse amado, la soledad...
Esta esencia floral, me lleva a Heather, a la búsqueda de la felicidad fuera de uno mismo, en el intento desesperado de recibir atención y afecto, la búsqueda no selectiva de cualquiera que le escuche y endulce los oídos.
La soledad tiene muchas caras, la carencia afectiva, el vacío, el no amarse hasta el extremo de traicionarse a uno mismo.
El desprecio hacia el envejecimiento del cuerpo, y relativizar la valía como persona en la imagen corporal, sin tener en cuenta los valores personales, los méritos propios.
Y la soledad, de nuevo, la parte más histriónica de un heather desesperado por ser escuchado, sin juicios, me conecta con la tristeza, en un mundo cada vez más individualista, donde nos convencemos de que no necesitamos al otro por un lado, no vaya a ser que me vuelvan a hacer daño si me muestro tal y como soy, y por otro, como seres sociales que somos, con necesidad de ser amados, atendidos, acompañados.
Para eso, necesitamos dar de nosotros mismos, comprometernos con el otro, con los amigos, con los amantes, con quienes cruzamos la mirada, con quienes nos rodean. Necesitamos quitarnos las máscaras de todo aquello que creemos que somos, confiar en el otro, arriesgarnos, compartir.
Dejar a un lado nuestra parte Willow, la de los resentimientos, la de la envidia por lo que los otros tienen y yo no tengo o dejé de tener. Disfrutar del presente, de los pequeños momentos, de un baño, de un paseo, de una charla donde escuchar y ser escuchados. Podemos cuidar al otro, hacerle sentir con o sin palabras, que al margen de cualquier cosa, estamos, aún en la distancia.
Podemos comprometernos con el amor, día a día, lo que nos llena, nos aporta paz, disfrutar del amor porque sentimos amor, al margen de recibirlo de vuelta o no.
Y amarnos a nosotros mismos, con lo que somos, sombras y luces, sin juicios, podemos ser seres de luz, y compartir lo grande que hay en cada uno de nosotros con el resto del mundo.
Podemos. Podemos.
" Nos ayuda a descubrir el significado de cada etapa de la vida y, de este modo, a desarrollar nuestro ser. Nos permite reconocer la relatividad de las cosas y a aceptar el carácter efímero de la materia. Para aquellas personas que temen el paso de los años,en conflicto con las señales del paso del tiempo y resistentes al cambio corporal. Para incondicionales de las dietas de adelgazamiento, cirugías y sobreesfuerzos por mantenerse joven."
A mí, me llega a un nivel más profundo,detrás de la necesidad de mantenerse joven a toda costa, la inseguridad afectiva, la sensación de no sentirse amado, la soledad...
Esta esencia floral, me lleva a Heather, a la búsqueda de la felicidad fuera de uno mismo, en el intento desesperado de recibir atención y afecto, la búsqueda no selectiva de cualquiera que le escuche y endulce los oídos.
La soledad tiene muchas caras, la carencia afectiva, el vacío, el no amarse hasta el extremo de traicionarse a uno mismo.
El desprecio hacia el envejecimiento del cuerpo, y relativizar la valía como persona en la imagen corporal, sin tener en cuenta los valores personales, los méritos propios.
Y la soledad, de nuevo, la parte más histriónica de un heather desesperado por ser escuchado, sin juicios, me conecta con la tristeza, en un mundo cada vez más individualista, donde nos convencemos de que no necesitamos al otro por un lado, no vaya a ser que me vuelvan a hacer daño si me muestro tal y como soy, y por otro, como seres sociales que somos, con necesidad de ser amados, atendidos, acompañados.
Para eso, necesitamos dar de nosotros mismos, comprometernos con el otro, con los amigos, con los amantes, con quienes cruzamos la mirada, con quienes nos rodean. Necesitamos quitarnos las máscaras de todo aquello que creemos que somos, confiar en el otro, arriesgarnos, compartir.
Dejar a un lado nuestra parte Willow, la de los resentimientos, la de la envidia por lo que los otros tienen y yo no tengo o dejé de tener. Disfrutar del presente, de los pequeños momentos, de un baño, de un paseo, de una charla donde escuchar y ser escuchados. Podemos cuidar al otro, hacerle sentir con o sin palabras, que al margen de cualquier cosa, estamos, aún en la distancia.
Podemos comprometernos con el amor, día a día, lo que nos llena, nos aporta paz, disfrutar del amor porque sentimos amor, al margen de recibirlo de vuelta o no.
Y amarnos a nosotros mismos, con lo que somos, sombras y luces, sin juicios, podemos ser seres de luz, y compartir lo grande que hay en cada uno de nosotros con el resto del mundo.
Podemos. Podemos.
1 comentario:
Muy linda esta entrada. Me gustan tus puntos de vista. El amor a nosotros mismos es el paso primero, "larch" también nos ayuda. No se puede vivir del amor, pero sin amor...no se puede vivir.
Gracias, muy interesantes tus planteos.
Un Abrazo grande
Publicar un comentario