La esencia de este cactus nos ayuda a ser conscientes de nuestras capacidad de crear y utilizarla en nuestro beneficio y en el de los demás.
Proporciona estabilidad y protección energética en la sexualidad, estimulando la cordialidad y nuestra capacidad de comunicarnos con el otro.
Despierta en nosotros la alegría, las ganas de disfrutar de la vida, de nuestra creatividad.
Nos conecta con nuestro niño interior.
De forma sutil, encontramos nuevas formas de expresión para las emociones estancadas, permitiendo que las sintamos, las vivamos y las liberemos.
Esta hermosa flor nos enseña a dar cuando recibimos y a recibir cuando damos, a tener en cuenta nuestras relaciones con los demás, alcanzando un equilibrio que nos permite compartir y disfrutar en compañía.
Nos aporta luz, alegría, creatividad, sonrisas y como el resto de los cactus, la grata sensación de estar en paz, con uno mismo y con la vida.
Proporciona estabilidad y protección energética en la sexualidad, estimulando la cordialidad y nuestra capacidad de comunicarnos con el otro.
Despierta en nosotros la alegría, las ganas de disfrutar de la vida, de nuestra creatividad.
Nos conecta con nuestro niño interior.
De forma sutil, encontramos nuevas formas de expresión para las emociones estancadas, permitiendo que las sintamos, las vivamos y las liberemos.
Esta hermosa flor nos enseña a dar cuando recibimos y a recibir cuando damos, a tener en cuenta nuestras relaciones con los demás, alcanzando un equilibrio que nos permite compartir y disfrutar en compañía.
Nos aporta luz, alegría, creatividad, sonrisas y como el resto de los cactus, la grata sensación de estar en paz, con uno mismo y con la vida.
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