La vida me pone continuamente frente a decisiones que necesito tomar, unas banales, otras duras y con consecuencias que preveo negativas y me asustan.
Ante esto, son muchas las emociones que surgen en mí.
El miedo al cambio. Por muchas ganas que tenga de cambiar una situación dolorosa, otra parte de mí se resiste al cambio, me parece más sencillo lo que conozco que la puerta que se abre hacia algo que desconozco. Miedo a las consecuencias de mi decisión. Walnut me ayuda a aceptar ese paso, a relativizar lo que pueda venir.
A veces dudo entre dos opciones. Me gustaría tener una bola de cristal para ver mi futuro y saber de antemano qué hacer sin equivocarme. Puedo valorar los pros y los contras, una y otra vez. Me voy alejando de mi corazón y de mi tripa y decido desde la cabeza, lo que está bien o está mal, lo bueno o lo malo. La renuncia. La pérdida de la opción rechazada. Y puedo optar y no disfrutar de lo elegido porque estoy pensando en lo perdido. Scleranthus me permite estar en el aquí y ahora. Me ayuda a elegir. Elegir avanzando, con seguridad, desde las tripas. ¿qué es lo que quiero realmente yo? Yo.
Ni las personas a las que quiero, ni mi entorno cercano. Yo.
Asumiendo mis éxitos y mis fracasos. Admitiendo mis errores y mi derecho a errar. A reconocer e integrar que no hay opciones ni buenas ni malas, sino decisiones que van dibujando mi camino de vida.
A veces también, me pesa la culpa. El dolor que otros pueden sufrir con mis decisiones. Me pesa el egoísmo. Confundo los límites de mi responsabilidad y la de los demás. Pine me acompaña. A asumir lo que es mío y lo que es del otro. A sentir que no estoy aquí para cubrir las expectativas de nadie y que nadie está para cubrir las mías. A perdonarme. A diluir lealtades, compromisos y deberes.
Tengo un compromiso conmigo misma. Ser yo. Escucharme. Creerme. Quererme. Sentirme.
Un compromiso: El QUIERO.
Un compromiso: Vivir la vida que tengo. Vivir. Vivirla.
A veces se me hace más difícil. Muchas me vuelvo a olvidar de mí.
Con las esencias vuelvo tomar consciencia cuando me pierdo a mí misma.
Procuro perdonarme. A veces lo consigo, otras me cuesta.
Procuro disfrutar en el camino. De los encuentros y de los desencuentros. De los adioses, de las bienvenidas.
De las estrellas fugaces y de las que dejan su estela más tiempo en mi retina.
De los minutos y de las horas, de la luz y de las sombras.
De los espejos, con sus reflejos bonitos y con los feos.
De los delfines y de los afines.
Adquiero un compromiso conmigo misma: Vibrar con la vida.
Ante esto, son muchas las emociones que surgen en mí.
El miedo al cambio. Por muchas ganas que tenga de cambiar una situación dolorosa, otra parte de mí se resiste al cambio, me parece más sencillo lo que conozco que la puerta que se abre hacia algo que desconozco. Miedo a las consecuencias de mi decisión. Walnut me ayuda a aceptar ese paso, a relativizar lo que pueda venir.
A veces dudo entre dos opciones. Me gustaría tener una bola de cristal para ver mi futuro y saber de antemano qué hacer sin equivocarme. Puedo valorar los pros y los contras, una y otra vez. Me voy alejando de mi corazón y de mi tripa y decido desde la cabeza, lo que está bien o está mal, lo bueno o lo malo. La renuncia. La pérdida de la opción rechazada. Y puedo optar y no disfrutar de lo elegido porque estoy pensando en lo perdido. Scleranthus me permite estar en el aquí y ahora. Me ayuda a elegir. Elegir avanzando, con seguridad, desde las tripas. ¿qué es lo que quiero realmente yo? Yo.
Ni las personas a las que quiero, ni mi entorno cercano. Yo.
Asumiendo mis éxitos y mis fracasos. Admitiendo mis errores y mi derecho a errar. A reconocer e integrar que no hay opciones ni buenas ni malas, sino decisiones que van dibujando mi camino de vida.
A veces también, me pesa la culpa. El dolor que otros pueden sufrir con mis decisiones. Me pesa el egoísmo. Confundo los límites de mi responsabilidad y la de los demás. Pine me acompaña. A asumir lo que es mío y lo que es del otro. A sentir que no estoy aquí para cubrir las expectativas de nadie y que nadie está para cubrir las mías. A perdonarme. A diluir lealtades, compromisos y deberes.
Tengo un compromiso conmigo misma. Ser yo. Escucharme. Creerme. Quererme. Sentirme.
Un compromiso: El QUIERO.
Un compromiso: Vivir la vida que tengo. Vivir. Vivirla.
A veces se me hace más difícil. Muchas me vuelvo a olvidar de mí.
Con las esencias vuelvo tomar consciencia cuando me pierdo a mí misma.
Procuro perdonarme. A veces lo consigo, otras me cuesta.
Procuro disfrutar en el camino. De los encuentros y de los desencuentros. De los adioses, de las bienvenidas.
De las estrellas fugaces y de las que dejan su estela más tiempo en mi retina.
De los minutos y de las horas, de la luz y de las sombras.
De los espejos, con sus reflejos bonitos y con los feos.
De los delfines y de los afines.
Adquiero un compromiso conmigo misma: Vibrar con la vida.
1 comentario:
Querida Rosa
En esta sitación estamos unos cuantos, en estos últimos días me ayudan Cerato, Centaury, Larch, Walnut, Gentian, Sweet Chestnut y Aspen
Un fuerte abrazo
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